¿Qué eres carpa o dragón?
La mitología China, dice que en la parte más alta del río Amarillo hay una entrada muy especial, un umbral entre dos mundos. Este lugar se llama la Puerta del Dragón.
Durante la primavera los peces y, sobre todo las carpas de colores, nadan contra corriente e intentan llegar hasta dicha “Puerta” para dar un salto y cruzarla y ser así transformados en dragones, el símbolo del verdadero poder y la benevolencia.
Los pocos peces que consiguen completar este viaje tan difícil son respetados por su coraje, determinación y persistencia. Por eso, en muchos lugares de China, el dibujo de una carpa de colores sirve para recordar esta gran historia, y por eso también cuando una persona es capaz de superar una prueba de gran dificultad se dice que ha atravesado la Puerta del Dragón. Esas carpas han sido capaces de superar lo que parecía insuperable y son fuente de inspiración para muchas otras, para seguir su ejemplo y seguir ascendiendo por el río y ser transformados en dragones.
Muchas carpas no pueden atravesar la Puerta del Dragón porque no han descubierto que los fracasos, las frustraciones y las injusticias no solo pueden generar hundimiento, desesperanza, amargura o violencia, sino que también pueden ser fuente de crecimiento, evolución y transformación. Cuando la carpa se da cuenta que no está llamada no a reaccionar, sino a responder, entonces se abre la posibilidad de que su ascensión por el río pueda acercarse un poquito más a la Puerta del Dragón. (Mario Alonso Puig,” ¡Tomate un respiro!, mindfulness”)
Cuándo nos vamos a dar permiso a nosotros mismos para sacar el dragón que habita en nosotros y dejar la queja, el autosabotaje y poner todo nuestro foco y atención en la puerta que nos permita evolucionar, crecer, desarrollarnos. Ver la oportunidad donde los demás solo ven problemas, injusticias… robándonos esa energía que es súper necesaria para nadar contracorriente, sacar ese coraje, determinación, fuerza, confianza de que si crees en ti todo se vuelve más fácil. Si te entrenas cada día podrás experimentar ese proceso que nos transforma.
En estos casos practicar la resiliencia es vital, ese crecer ante la adversidad, esa capacidad de abrir ventanas cuando se cierran puertas, ir por ese sueño que siempre postergamos, soltar ese pasado y atrevernos a vivir. Poner a nuestro servicio todo el potencial que tenemos va a depender de cada uno de nosotros. Seguir queriendo ser carpas o convertirnos en dragón, sin duda, será nuestra elección. Una de las características de la resiliencia es la capacidad de ACEPTACIÓN y la mejora continua que podemos hacer de todos nuestros aprendizajes. Sin embargo, lo que nos hace diferentes es la DETERMINACIÓN con la que vamos hacía nuestro objetivo, manteniéndonos firmes pese a las adversidades, sorteando cualquier obstáculo que encontremos en nuestro camino. Y si a esa determinación le añadimos CORAJE, esas personas tendrán una energía inamovible que les impulsa a avanzar.
Como podemos mejorar nuestra resiliencia:
- Tomando conciencia de que podemos cambiar y no quedarnos en las etiquetas.
- Siendo conscientes de que nuestra capacidad de mejora es inagotable.
- Tomándonos un tiempo para reflexionar y tomar conciencia de cómo solemos actuar.
- Fortaleciendo nuestra voluntad.
- Generando el mayor número de opciones, es mejor.
- Conectando con nuestra confianza y creatividad.
- Dándonos permiso para fluir y dar a cada cosa la importancia que tiene.
- Marcándonos nuevos retos.
- Sintiéndonos protagonistas de nuestras vidas y no víctimas de las circunstancias.
Así que de nosotros depende cruzar la Puerta del Dragón, o ELEGIR ser toda la vida una carpa. No responsabilizarnos de nuestra vida, lanzando balones fuera, sintiéndonos víctimas, etiquetándonos y sintiendo que no podemos. O ELEGIR ser dragón, conectar con nuestras fortalezas, coraje, determinación, perseverancia, voluntad… En definitiva SER el protagonista de nuestras vidas.
YO ELIJO, ser Dragón. Me doy permiso a cruzar la puerta ¿Y TÚ?